Si tienes gato, probablemente hayas vivido el momento de meterlo en el transportín y llevarlo al veterinario como una pequeña odisea. Los gatos son animales muy sensibles a los cambios, los olores y los ruidos, y muchas veces acudir a una clínica convencional puede suponer una experiencia traumática.
Por eso, en Albéitar hemos creado una zona exclusiva para pacientes felinos: dos consultas y una sala de espera tranquila, separada del área general. Usamos feromonas sintéticas para reducir el estrés y, cuando es necesario, sedamos de forma suave y controlada.
Esta adaptación mejora la experiencia tanto para el animal como para sus humanos. Las consultas son más relajadas, los diagnósticos más precisos y el tratamiento se recibe sin miedo.
Porque el bienestar también forma parte de la medicina.