Tristán es un chihuahua de 5 añitos. No os voy a engañar, Tristán me tiene terror.
Y no es para menos, desde aproximadamente sus dos años de vida ha sido un ir y venir constante a la clínica. Tristán tiene una enfermedad inflamatoria intestinal que le causaba vómitos, diarrea y sobre todo mucho dolor intestinal. Dejaba de comer y apenas se movía. Había que llevarlo al hospital para administrarle fluidos y ser atendido 24 horas. Con el tratamiento antiinflamatorio y piensos digestivos primero, y luego hipoalergénicos aguantaba como mucho un mes y medio sin ser ingresado.
Hace ya un año decidimos probar con alimentación natural. Pasamos a una dieta cocinada, seleccioné los ingredientes teniendo en cuenta las particularidades de Tristán, sus necesidades, y las preferencias de sus dueños. Hice los cálculos necesarios y elaboré una receta a su medida.
Desde entonces Tristán está sin medicación, sin vómitos, sin diarrea, y principalmente sin dolor.
Me sigue teniendo terror, han sido muchas inyecciones y hay cosas que no se olvidan…
La semana pasada lo revisé e hice una modificación en la receta, su nivel de actividad ha variado y ahora necesita más calorías.
Las consultas nutricionales deben ser dinámicas. En el caso de Tristán desde la primera receta ha habido una remisión de los síntomas, pero en otros casos debemos reevaluar y hacer las modificaciones oportunas.
Hay situaciones en que una dieta cocinada es más adecuada, en otras es preferible una cruda, y en otras lo más conveniente es pienso. Lo importante es dar a la nutrición de nuestros peluditos la importancia que merece, ya que su salud y longevidad depende en gran medida de ella.